Cómo se hizo la investigación
Desde hace meses se ha venido denunciando el secuestro por fuerzas rusas de niños de orfanatos ucranianos y de familias en las zonas ocupadas o que han ocupado durante la invasión que comenzó hace casi un año. El pasado mes de octubre un equipo de periodistas de la Red de Periodismo de Investigación de la UER (Unión Europea de Radiodifusión), de la que es miembro RTVE, decidió buscar pruebas sobre este secuestro de niños. Ha sido un trabajo minucioso, sistemático que evidencia un grave crimen que tiene como objetivo y víctimas a los más desprotegidos y vulnerables, los niños, la mayoría de instituciones infantiles estatales ucranianas y algunos con discapacidades.
Durante semanas hemos analizado docenas de videos obtenidos de las redes sociales de autoridades rusas y de medios de comunicación de ese país y hemos podido comprobar que centenares de niños ucranianos han sido trasladados de forma forzosa a Rusia desde los territorios ocupados por las tropas del Kremlin. Fuentes ucranianas elevan la cifra a 13.000 menores o más. Celebramos videoconferencias semanales para compartir lo que cada uno iba descubriendo sobre el terreno o hablando con fuentes ucranianas y otras. Paso a paso íbamos desgranando las evidencias y determinando qué elementos faltaban. Ha sido una colaboración constante entre los reporteros de diversas televisiones públicas: la francesa FTV, la suiza RSI, la ucraniana PBC, la española RTVE o la finlandesa YLE, con la colaboración de los compañeros de la UER, bajo la coordinación desde Ginebra de Belén López Garrido. Incluso sobre el terreno se encontraron los reporteros de la televisión ucraniana y suiza.
"El traslado forzoso de niños es claramente un crimen de guerra, pero también un crimen contra la humanidad, porque se lleva a cabo de forma generalizada y sistemática", denuncia Reed Brody, veterano fiscal especializado en crímenes de guerra y miembro de la Comisión Internacional de Juristas. Además de con Brody hemos hablado con Bill Van Esveld, Director Asociado de Derechos del Niño de Human Rights Watch, Daria Herasymchuk, Comisionada del gobierno ucraniano para los Derechos de la Infancia y la Rehabilitación, Oleksandra Romanstova, directora del Centro de Libertades Civiles y Premio Nobel de la Paz, o Kateryna Rashevska, del Centro Regional Ucraniano para los Derechos Humanos.
Las oficinas de Maria Lvova Belova, Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño de Rusia, y Andrey Vorobyov, gobernador de la región de Moscú, no han respondido a nuestras peticiones de entrevistas. Muchos de los videos analizados han sido obtenidos de las redes sociales de Liova-Belova y de Vorobyov, dos de los principales implicados en este secuestro de niños y entrega a familias rusas o instituciones estatales del país.
El resultado de la investigación lo hemos recogido en una cronología con los videos más importantes que muestran cómo el traslado forzoso de estos niños a distintos lugares de Rusia se ha producido de forma constante desde muy poco después del comienzo de la invasión rusa desde los territorios ocupados por su ejército en el este de Ucrania. Muchos de los videos tienen una clara intencionalidad propagandística para hacer creer a los ciudadanos rusos en la bondad de un régimen que se presenta como salvador de los niños víctimas de la guerra para justificar lo que no es más que una grave violación de los derechos de esos niños y un crimen de guerra. Uno de los videos recoge la retransmisión por la televisión rusa de la llegada de un tren a Moscú con niños trasladados desde el Dombás y recibidos con toda una parafernalia de regalos y abrazos, con Maria Lvova-Belova y el gobernador de Moscú encabezando la recepción.
En una serie de artículos se recogen los elementos más importantes de la investigación y las historias personales de diversos niños y familias víctimas de este crimen de guerra. Las instituciones de acogida de menores ucranianos han sido objeto de un interés especial de Rusia desde el principio de la guerra. En unas imágenes de las cámaras de seguridad se puede ver cómo soldados rusos irrumpen, el pasado verano, en un orfanato de un pueblo cercano a la ciudad de Jersón cuando las tropas del Kremlin todavía ocupaban esa zona. “Es el secuestro de nuestros niños y también la ocupación no sólo de los territorios de Ucrania, sino también de las mentes de nuestros pequeños”, sentencia Kateryna Rashevska, del Centro Regional Ucraniano para los Derechos Humanos.