Quién es Maria Lvova-Belova

El falso abrazo de la madre patria

Maria Lvova-Belova es un potente símbolo del tipo de sociedad que Vladímir Putin quiere que sea Rusia: una sociedad marcada por los valores conservadores, el cristianismo ortodoxo y el poder imperial.

Lvova-Belova, que se presenta a sí misma como una "mujer rusa" que da prioridad a la familia y a Dios, es en realidad una política ambiciosa infiltrada en el Kremlin al servicio, por encima de todo, de los intereses del Estado.

Vestida con recato, con el pelo rubio enmarcando un rostro pulcro y saludable, ha dirigido la evacuación forzosa de cientos, si no miles, de niños ucranianos del este de Ucrania a Rusia. Nombrada Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño en 2021, con solo 37 años, Lvova-Belova asumió el cargo con celo y, en el último año, ha demostrado su total lealtad al presidente Putin en su guerra contra Ucrania.

Maria Lvova-Belova, Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño

Maria Lvova-Belova, Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño

En julio de 2022, fue incluida en la lista de sanciones de la UE por dirigir el "transporte ilegal de niños ucranianos a Rusia y su adopción por familias rusas", acciones que "violan los derechos de los niños ucranianos e infringen la legislación ucraniana", según la UE. Lvova-Belova también está sancionada por Estados Unidos, Australia, Canadá, Reino Unido y Suiza.

Niños del Donbás son llevados a la región de Nizhny Novgorod en septiembre 2022. Foto del servicio de prensa del Kremlin.

Niños del Donbás son llevados a la región de Nizhny Novgorod en septiembre 2022. Foto del servicio de prensa del Kremlin.

Lvova-Belova se reúne con el líder de la región de Luhansk en agosto de 2022.

Lvova-Belova se reúne con el líder de la región de Luhansk en agosto de 2022.

Lvova-Belova trae a 125 niños de Donetsk a Moscú en un avión del Ministerio de Defensa en septiembre 2022. Foto de su cuenta de Telegram.

Lvova-Belova trae a 125 niños de Donetsk a Moscú en un avión del Ministerio de Defensa en septiembre 2022. Foto de su cuenta de Telegram.

Item 1 of 3

Niños del Donbás son llevados a la región de Nizhny Novgorod en septiembre 2022. Foto del servicio de prensa del Kremlin.

Niños del Donbás son llevados a la región de Nizhny Novgorod en septiembre 2022. Foto del servicio de prensa del Kremlin.

Lvova-Belova se reúne con el líder de la región de Luhansk en agosto de 2022.

Lvova-Belova se reúne con el líder de la región de Luhansk en agosto de 2022.

Lvova-Belova trae a 125 niños de Donetsk a Moscú en un avión del Ministerio de Defensa en septiembre 2022. Foto de su cuenta de Telegram.

Lvova-Belova trae a 125 niños de Donetsk a Moscú en un avión del Ministerio de Defensa en septiembre 2022. Foto de su cuenta de Telegram.

Sin embargo, la televisión estatal rusa describe a Lvova-Belova como la "salvadora" de los niños ucranianos, un punto de vista que promueve asiduamente en las redes sociales. En sus vídeos positivos se la ve viajando en tren con huérfanos ucranianos para conocer a sus nuevas familias adoptivas en ciudades tan lejanas como Novosibirsk, en Siberia. Lvova-Belova, ex profesora de música, habla enérgicamente, agarra un peluche de gran tamaño y a veces pone una mano protectora en el hombro de un niño desconcertado.

Lvova-Belova habla con la prensa a su llegada a Moscú en un avión de la Fuerza Aérea rusa con niños del Donbás, 16 de septiembre de 2022. Foto del servicio de prensa de la  Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño.

Lvova-Belova habla con la prensa a su llegada a Moscú en un avión de la Fuerza Aérea rusa con niños del Donbás, 16 de septiembre de 2022. Foto del servicio de prensa de la  Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño.

Lvova-Belova y el Kremlin han perfeccionado una historia que la presenta como una figura materna sencilla y cariñosa, en un intento de hacer que sus actividades políticas y, en particular la evacuación de niños de Ucrania, sean aceptables para el público ruso.

Nacida en 1984, en el seno de una familia numerosa que vive en la ciudad de Penza, Lvova-Belova utiliza su pasado normal con fines políticos, encarnando a una persona con la que el público ruso puede identificarse. Explotar su propia experiencia como madre ayuda a añadir una capa de autoridad a sus iniciativas públicas y políticas con los niños.

Lvova-Belova y su marido, Pavel Kogelman, tienen cinco hijos biológicos y cuatro adoptados y ella es tutora de otros trece niños discapacitados, alojados en centros especializados por su fundación benéfica.

Lvova-Belova y su marido Pavel Kogelman.

Lvova-Belova y su marido Pavel Kogelman.

Ser madre no es fácil, confiesa Lvova-Belova en una entrevista en el canal ortodoxo ruso de derechas Tsargrad TV, lo único que podemos hacer es querer a nuestros hijos, afirma con desparpajo. 

La efusiva presentadora le pide consejos sobre cómo compaginar la vida familiar con una "carrera meteórica" en la política.

El marido, Pavel, es el primero en hablar y luego los hijos, insiste Lvova-Belova, mientras aparecen en pantalla fotos de la familia reunida en torno a una mesa, con un jarrón de flores frescas.

Cuenta cómo se conoció la pareja en Penza, su ciudad natal: Kogelman, un joven informático, entró por casualidad en una iglesia donde Lvova-Belova cantaba en el coro y volvió todas las semanas hasta que se armó de valor y le pidió salir.

Su familia creció y la carrera de ella despegó, primero con un  fondo benéfico  para alojar a huérfanos discapacitados en 2008 y luego, la política. Kogelman pasó a un segundo plano, ordenándose sacerdote ortodoxo en 2019.

Pero esto también jugó a su favor en política. Lvova-Belova fue elegida senadora por Penza para la asamblea ejecutiva de Rusia en 2020 y nombrada Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño un año después, consolidando su reputación como estrella ascendente del partido gobernante Rusia Unida y el lugar de su marido como parte de su narrativa de valores conservadores.

En junio de 2022, Lvova-Belova y Kogelman, que para entonces vivían entre Moscú y Krasnodar -una región del sur de Rusia colindante con el este de Ucrania-, acogieron a otro niño, esta vez un chico de 15 años de Mariúpol, llamado Filip en las noticias rusas.

Lvova-Belova y su hijo adoptado de Mariúpol, en una foto de su cuenta de Telegram.

Lvova-Belova y su hijo adoptado de Mariúpol, en una foto de su cuenta de Telegram.

La madre de Filip murió cuando él tenía 11 años, dice, y las fuerzas rusas que entraron en Mariúpol le encontraron en un sótano, abandonado por sus padres de acogida, que huyeron de la ciudad.

Lvova-Belova  recuerda cómo le conoció por primera vez: "Supe que era para mí, lo sentí tan cercano, era mi hijo", declara con una emoción perfectamente calculada. . Ella ha reconocido que Filip, al igual que otros niños ucranianos traídos a Rusia, tienen problemas iniciales para adaptarse a su nueva realidad.

"Cuando los trajimos al territorio de la región de Moscú para que se recuperaran un poco, empezaron a hablar negativamente del presidente, decían todo tipo de cosas desagradables, cantaban el himno de Ucrania. Pero pasó un poco de tiempo. Estos niños acabaron en familias de acogida en la región de Moscú. Uno de los chicos entró en mi familia", cuenta. "Y puedo ver ante mis ojos cómo empezó a producirse esta integración. (...) Y empezamos a preguntarles: ya que Rusia está tan mal, tendréis la oportunidad de volver. Ninguno de los niños quería volver".

Lvova-Belova rechaza las acusaciones de adopción forzosa y asimilación de los niños evacuados del este de Ucrania a Rusia e insiste en que Moscú simplemente tiene la "tutela" de estos niños vulnerables, algunos de los cuales, según ella, han estado en instituciones estatales desde 2014. Los términos de la tutela "no limitan en absoluto sus derechos a comunicarse con sus familiares en Ucrania, el niño puede regresar a su patria, si lo desea", dijo Lvova-Belova a los medios de comunicación rusos.

Moscú siempre tuvo la intención de devolverlos a los territorios ocupados por Rusia en el este de Ucrania, anexionados ilegalmente en septiembre de 2022, pero los continuos combates hacen que sea demasiado peligroso, afirma.

Lvova-Belova llora mientras "niños evacuados a Rusia" se encuentran con sus nuevas familias de acogida y se reúnen con hermanos que estaban viviendo en otras instituciones estatales del Donbás. Video de su cuenta de Telegram.

Lvova-Belova llora mientras "niños evacuados a Rusia" se encuentran con sus nuevas familias de acogida y se reúnen con hermanos que estaban viviendo en otras instituciones estatales del Donbás. Video de su cuenta de Telegram.

Mientras tanto, dice con orgullo que su "nuevo hijo" Filip, que obtuvo su pasaporte ruso el pasado septiembre, se está acostumbrando a la vida en familia y ha empezado a estudiar Derecho en Moscú.

Sin embargo, ha tenido algunos problemas para aprobar los exámenes de historia, señala Lvova-Belova, porque dice que la historia rusa que le enseñaron en la escuela ucraniana era errónea.

Tiene previsto organizar cursos para ayudar a los niños ucranianos a "integrarse" en su nueva vida en Rusia, un paso más hacia la asimilación que el Departamento de Estado estadounidense describe como "educación patriótica" forzada.

Moscú, 21 de septiembre de 2022. Filip recibe su pasaporte ruso, mientras Lvova-Belova se deshace en elogios: "Filip esperaba este día en nuestra familia más que nadie. Hoy ha recibido el pasaporte de ciudadano de la Federación Rusa y ¡no lo suelta! Admitió que las emociones le desbordan. Para mi hijo adoptivo de Mariúpol, este acontecimiento es la prueba de que ahora es "suyo". En nuestro país, en la sociedad, entre iguales". Foto: Cuenta de Telegram de Lvova-Belova

Moscú, 21 de septiembre de 2022. Filip recibe su pasaporte ruso, mientras Lvova-Belova se deshace en elogios: "Filip esperaba este día en nuestra familia más que nadie. Hoy ha recibido el pasaporte de ciudadano de la Federación Rusa y ¡no lo suelta! Admitió que las emociones le desbordan. Para mi hijo adoptivo de Mariúpol, este acontecimiento es la prueba de que ahora es "suyo". En nuestro país, en la sociedad, entre iguales". Foto: Cuenta de Telegram de Lvova-Belova

Desde la invasión, entre 350 y 380 niños del Donbás ocupado han sido acogidos por familias rusas en todo el país, según diversos informes.

El 23 de agosto, el servicio de atención a la infancia de Krasnodar escribió en su sitio web que "más de 1.000 niños de Mariúpol habían encontrado nuevas familias" en Rusia, según un informe de Meduza y otros medios de comunicación independientes de Rusia.

Las autoridades de Krasnodar retiraron poco después la página web, alegando que el texto había sido publicado durante un ciberataque. En general, no está claro cuántos niños ucranianos más están actualmente acogidos en Rusia, aunque un informe habla de miles de niños en espera de ser acogidos.